sábado, 22 de octubre de 2016

Zonda - Luis Alberto Taborda





En el primer día, un viento fuertísimo corrió y corrió confundiendo a los hombres y aniquilándolos. En el segundo día, los animales de todas las especies fueron dispersos y destruidos por el viento. En el tercer día, los astros y los luceros fueron barridos de sus órbitas y extinguidos. En el cuarto día,  los árboles y todas las formas vegetales sucumbieron. En el quinto día, fueron arrasados por el viento, todos los mares y la tierra. En el sexto día, la luz fue ahogada por las ráfagas y un solo manto de oscuridad cubrió la nada. Por fin, en el séptimo día, cesó el Zonda y Dios descansó.

(Del libro “El oficial Preciso”,2014, Capac Ñan, Chumbicha, Catamarca)

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