PEZUÑAS - Ricardo Ernesto Gillette
Acaricia con cautela
la piel herida de su antebrazo, intenta recordar dónde o cuándo pudo haberse
arañado. Ve la carne abierta, una grieta indolora que supura una especie de
saliva espesa. Desnuda descubre arañazos similares. Sonríe divertida. Busca, y
coloca sobre su mesa de noche, un alicate.
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