jueves, 8 de diciembre de 2016

Sucedió - Noemí Da Cunha

Fue de repente. El día se hizo noche. Un choque intempestivo, un estruendo y un llanto sin piedad ni pausas. Un llanto copioso y tibio. Los regadíos reverdecieron y las manadas moribundas resucitaron. El pueblo entero festejó durante días, el milagro que tanto habían implorado a la Diosa de Tassilí.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario